Sally Henzell, Arte en Jakes

Según Sally Henzell, “Todos tenemos nuestros dones especiales y el mío es embellecer las cosas. Es mi razón de ser y no puedo evitarlo, ya sea enderezar una toalla en un estante o recoger un tapón de botella en una playa. Se nos dio un mundo perfecto y hermoso y es nuestro, y especialmente mío, mantenerlo así”.

Mi primera expresión en la arquitectura fue hacer un pueblo de plastilina, al que constantemente se añadían cosas y que se basaba en Treasure Beach en mi escritorio, que mi padre tan amablemente diseñó para proyectos de arte. Eso, y crear vestidos para mis muñecas de papel, que eran figuras ordinarias recortadas de revistas. Así que mi primer plan fue ser modista. Pero luego pensé que apelar a la vanidad de las mujeres no era de lo que se trataba, así que la pintura, la escultura y la cerámica complementaban mi confección de vestidos. Mi primera incursión en la arquitectura se produjo cuando tuve que añadir otro dormitorio a nuestra pequeña casa en Kingston porque Jason estaba en camino. Me encantó cada aspecto, pero humildemente le pedí a Dios que me perdonara por reemplazar su cielo con un techo de zinc.

Luego, cuando tenía 50 años, compré esta pequeña casa de paredes españolas de cuatro habitaciones en Treasure Beach. Decidir hacer un restaurante me obligó a añadir una gran veranda, derribar una pared y construir otra pequeña cabaña de techo de zinc de dos habitaciones al lado. Una habitación para mí y otra para alquilar. Ese fue el comienzo de Jakes. El equipo de artesanos que encontré en el pueblo se convirtió en mis amigos de toda la vida; ambos estábamos aprendiendo juntos, ya que no quería habitaciones cuadradas ni paredes rectas. Esto era tan nuevo para ellos como para mí, y se burlaban de mí antes y a mis espaldas. ¿Una cúpula, cómo hacer una cúpula? Bueno, creo que esto es lo que deberíamos hacer. Tengo un libro, mi biblia de la arquitectura. Se llama: A Pattern Language, publicado por MIT Press. No hay nada más que uno necesite saber. Ser flexible es uno de los principios. (¡Imagínense que no pudieran mover una ventana un pie para incorporar un árbol!). Así que Jakes nació, una habitación a la vez, y todos mis instintos para reciclar y hacer todo lo más barato posible entraron en juego.

En mi primera habitación, los asientos eran de cemento y la mesa era un carrete de teléfono. Encontré una pata torneada y supliqué un trozo de tablón de cedro para una mesa. Lo único que tuve que comprar fue la cama, que había visto colgada de un árbol en el pueblo de al lado. Hice edificios con mi inclinación por usar botellas de vino vacías y desechadas (dejan entrar luz de colores), así como conchas y porcelana rota (me encanta verlas incrustadas en paredes y suelos). ¡Voila, Jakes! Ah, y los colores: ¡cuanto más brillantes, mejor! Nada de blanco y negro para mí.

Poco a poco, construí Jakes. Era como crear poemas en cemento, era divertido, era lo que estaba destinado a hacer. Era feliz y mi marido escritor, él mismo un artista, me animó todo lo que pudo. Así que, los edificios y todo lo que hay en ellos se han convertido en mi arte. El cumplido más precioso que me han hecho fue cuando el gran escritor Chris Abani dijo: “Todos estamos viviendo en la imaginación de Sally”.

Ahora, mi próximo proyecto será construir un pequeño estudio de arte en Jakes. Esto animará a los artistas que viven en la zona. Además, es mi ferviente deseo que aquellos huéspedes con ideas afines también utilicen este espacio, que se instalará bajo una extensa acacia. Proporcionaremos materiales de arte básicos y, con suerte, con el tiempo, un torno de alfarero. Jakes ya tiene un artista de mosaicos que imparte clases para adultos y niños.

—SALLY HENZELL

SECRETOS TESORADOS

“Si necesitas un vestido para cócteles nocturnos, suplícale a Sally dos trozos de tela. Consigue una aguja e hilo y cose cuatro costuras: dos en los hombros y dos en los lados. Confección de caftanes 101”.

Jessica Ogden

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